Relajación parece un concepto antagónico al concepto de empresa.

Para empezar debemos comprender que la palabra RELAJACIÓN tiene una carga emocional que tergiversa su naturaleza intrínseca. Es decir; cuando pensamos en relajación, nos visualizamos tumbados en el sofá, dando un paseo, escuchando música…en definitiva; en una actitud desocupada. Por eso nos puede

Parecer incompatible con la actividad laboral.

Lo que nos conviene entender es que se puede trabajar relajado. No solo se puede, sino que se ha de trabajar relajado, si queremos realizar la actividad con más eficiencia. Cuando estamos tensos o estresados; nuestra mente se dispersa (tensión mental), no podemos concentrarnos, con lo cual tardamos más en realizar el trabajo y estamos más predispuestos a cometer errores.

Las relaciones laborales también afectan al buen funcionamiento de la empresa. La excesiva competitividad, el exceso de exigencia, la inseguridad a no ser competitivos; nos hace ver a los compañeros como rivales a los que superar. Esta tensión emocional genera enfrentamientos. Lo cual nos distrae de la verdadera actividad que debemos desempeñar en nuestro puesto de trabajo. Cuando podríamos potenciar la empresa a través del trabajo en equipo, generando ideas y soluciones innovadoras. Si colaboramos en lugar de competir, aunamos nuestros conocimientos y nuestro entusiasmo, hacia un mismo objetivo (remamos todos para el mismo lado).

Dando la oportunidad de aprender estas técnicas a los empleados de diversas empresas; también observaremos que se reducen las bajas laborales y el absentismo. Estando en tensión y estresados, nuestro sistema inmunológico se ve afectado y por lo tanto, somos más vulnerables a las enfermedades. Generamos tensión muscular, que, con el tiempo, degenera en contracturas, lesiones y diversos dolores, que nos limitan a la hora de disfrutar de una vida activa personal y laboral.

Los objetivos del aprendizaje y la práctica de estas técnicas de relajación para empresas; es conseguir un equilibrio del sistema nervioso autónomo (S.N.A.); alcanzando así, un bienestar personal que nos lleva a mejorar nuestra salud, así como nuestras relaciones laborales y personales. Entonces vivimos con entusiasmo, incluso en nuestro puesto de trabajo. Este cambio repercute proporcionalmente en la productividad y buen funcionamiento de la empresa; que no es más que el conjunto de los recursos de cada humano que la compone.

Por supuesto si tenemos la oportunidad de aprender Técnicas Antiestrés o Técnicas de Relajación a título particular, considero que no debemos perder la oportunidad de mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida, mientras esperamos que nuestra empresa nos lo ofrezca.

María Cabaleiro.

Directora de Regalo Alas

(Escuela de Bienestar)